Citas de El Príncipe de Maquiavelo, nuevas traducciones al castellano

Bona dies!
Hoy vamos a mirar bastantes citas de Maquiavelo, de su El Príncipe, un texto ya clásico, y el indicio de la teoría política moderna. He tratado de seguir el italiano en lo posible, aunque a la vez quería que la traducción aclarase ciertos pasajes vagos de Maquiavelo, que escribió en un estilo condensado y a veces resumidamente. Aún se puede apreciar la frescura y autenticidad de sus palabras en pleno siglo XXI, y sus consejos nos enseñan perogrulladas sobre el manejo de un estado, las medidas que se han de tomar para controlarlo, y otras cosas tan obvias a nosotros hoy día, pero cuando se publicó El Príncipe —obra circulada desde 1513, pero no publicada hasta 1532, cinco años después de la muerte del autor— causó controversias y puso en marcha una revolución política que duraría siglos; hoy día sigue siendo una obra citada y digna de nuevas lecturas. Vale.






Citas y lecciones del instigador de la teoría política moderna

Del cap. III, De principatibus mixtis
[De’ principati misti]

«È ben vero che, acquistandosi poi la seconda volta e’ paesi rebellati, si perdono con più difficultà; perché el signore, presa occasione dalla rebellione, è meno respettivo ad assicurarsi con punire e’ delinquenti, chiarire e’ sospetti, provvedersi nelle parti più deboli. In modo che, se a fare perdere Milano a Francia bastò, la prima volta, uno duca Lodovico che romoreggiassi in su’ confini, a farlo di poi perdere la seconda li bisognò avere, contro, el mondo tutto, e che li eserciti suoi fussino spenti o fugati di Italia: il che nacque dalle cagioni sopradette. Non di manco, e la prima e la seconda volta, li fu tolto».
«Dico, per tanto che questi stati, quali acquistandosi si aggiungono a uno stato antiquo di quello che acquista, o sono della medesima provincia e della medesima lingua, o non sono. Quando e’ sieno, è facilità grande a tenerli, massime quando non sieno usi a vivere liberi; et a possederli securamente basta avere spenta la linea del principe che li dominava, perché nelle altre cose, mantenendosi loro le condizioni vecchie e non vi essendo disformità di costumi, li uomini si vivono quietamente;».
«Di che si cava una regola generale, la quale mai o raro falla: che chi è cagione che uno diventi potente, ruina; perché quella potenzia è causata da colui o con industria o con forza; e l’una e l’altra di queste dua è sospetta a chi è diventato potente».

Del cap. III, De principatibus mixtis
[De los principados mixtos]

Es bien cierto que, siendo conquistados por segunda vez los países rebelados, se pierden con más dificultad; porque el príncipe, surgida la ocasión para una rebelión, es menos cauteloso en asegurarse de punir a los delincuentes, aclarar las dudas, proveerse en las regiones más débiles. De modo que, para hacer que Francia perdiera Milán, al dux Ludovico le bastó la primera vez que se sublevase por sus limítrofes, hacer después que lo perdiese por segunda vez, le faltó tener el mundo entero contra él, y que los ejércitos suyos fuesen eliminados y huidos de Italia; el cual nació de la causa sobredicha. Sin embargo, tanto la primera vez como la segunda le fue quitado.
Digo, por lo tanto, que estos estados, los cuales, estándose conquistados, se agregan a un estado antiguo el que se está conquistando; o bien son de la misma provincia y del mismo idioma o no. Cuando sí los son, existe una gran facilidad para mantenerlos, máxime cuando no sean acostumbrados a vivir en libertad; y para poseerlos con seguridad, basta haberles extinguido el linaje del príncipe que los dominaba, porque con las otras cosas, manteniéndose ellos sus viejos modales y no habiéndose deformidad de costumbres, los hombres viven quietamente.
De lo cual, se extrae una regla general, la cual nunca o rara vez falla: el que es el causante para que uno se vuelva potente, se arruina; porque ese poder es causado por él o bien mediante la industria o la fuerza; y en la una y otra de estas dos está la sospecha hacia el que se ha vuelto potente.




Del cap. VI, De principatibus novis qui armis propriis et virtute acquiruntur
[De’ Principati nuovi che s’acquistano con l’arme proprie e virtuosamente]

«debbe uno uomo prudente intrare sempre per vie battute da uomini grandi, e quelli che sono stati eccellentissimi imitare, acciò che, se la sua virtù non vi arriva, almeno ne renda qualche odore: e fare come li arcieri prudenti, a’ quali parendo el loco dove disegnono ferire troppo lontano, e conoscendo fino a quanto va la virtù del loro arco, pongono la mira assai più alta che il loco destinato, non per aggiugnere con la loro freccia a tanta altezza, ma per potere, con lo aiuto di sí alta mira, pervenire al disegno loro».





Del cap. VI, De principatibus novis qui armis propriis et virtute acquiruntur
[De los principados nuevos que, que conquistan con armas propias y con virtud]

Debe un hombre prudente pasar siempre por el camino trillado de los hombres grandes, y aquellos que han sido excelentísimos en imitar, para que, si es que su virtud no te llegue, por lo menos que te rinda alguna fragancia de ella: y hacer como hacen los arqueros prudentes, los cuales, considerando el lugar donde maquinan herir desde muy lejos, y sabiendo hasta cuánto de potencia tiene su arco, fijan la mirada mucho más alta que el lugar destinado, no para acertar con su flecha a tal altura, sino para poder, con la ayuda de una mirada tan alta, llevar a cabo su intención.



Del cap. XII, Quot sint genera militiae et de mercennariis militibus.
[Di quante ragioni siano della milizia, e de’ soldati mercennarii]

«E’ principali fondamenti che abbino tutti li stati, cosí nuovi come vecchi o misti, sono le buone legge e le buone arme. E perché non può essere buone legge dove non sono buone arme, e dove sono buone arme conviene sieno buone legge, io lascerò indrieto el ragionare delle legge e parlerò delle arme».

Del cap. XII, Quot sint genera militiae et de mercennariis militibus.
[De cuántos géneros hay de la milicia y de soldados mercenarios]

Los fundamentos principales que han de tener todos los estados, tanto los nuevos como los antiguos o mixtos, son las buenas leyes y buenas armas. Y ya que no puede haber buena ley donde no hay buenas armas, y donde hay buenas armas conviene que haya buenas leyes, voy a dejar atrás la discusión de las leyes y hablaré sobre las armas.

Del cap. XIV, Quod principem deceat circa militiam.
[Quello che s’appartenga a uno principe circa la milizia]

«Ma quanto allo esercizio della mente, debbe el principe leggere le istorie, et in quelle considerare le azioni delli uomini eccellenti, vedere come si sono governati nelle guerre, esaminare le cagioni della vittoria e perdite loro, per potere queste fuggire, e quelle imitare; e sopratutto fare come ha fatto per l’addrieto qualche uomo eccellente, che ha preso ad imitare se alcuno innanzi a lui è stato laudato e gloriato, e di quello ha tenuto sempre e’ gesti et azioni appresso di sé: come si dice che Alessandro Magno imitava Achille; Cesare Alessandro; Scipione Ciro».

Del cap. XIV, Quod principem deceat circa militiam.
 [Lo que pertenezca a un príncipe acerca de la su milicia]

Pero en cuanto a la ejercitación de la mente, el príncipe debe leer las historias, y en ellas considerar las acciones de los hombres excelentes, ver cómo se gobiernan en las guerras, examinar las causas de sus victorias y derrotas, para poder huir de estas últimas, e imitar aquellas; y sobre todo hacer como han hecho en el pasado algunos hombres excelentes, que se han emprendido a imitar a alguien anterior a ellos que fue alabado e glorificado, y que han mantenido siempre sus gestas y hazañas próximas a ellos mismos: así como se dice que Alejandro el Magno imitaba a Aquiles; César a Alejandro; Escipión a Ciro[1].



Del cap. XVII, De crudelitate et pietate; et an sit melius amari quam timeri, vel e contra
[Della crudeltà e pietà e s’elli è meglio esser amato che temuto,o più tosto temuto che amato]

«Debbe, per tanto, uno principe non si curare della infamia di crudele, per tenere e’ sudditi sua uniti et in fede; perché, con pochissimi esempli sarà più pietoso che quelli e’ quali, per troppa pietà, lasciono seguire e’disordini, di che ne nasca occisioni o rapine: perché queste  sogliono  offendere  una  universalità  intera,  e quelle esecuzioni che vengono dal principe offendono uno particulare. Et intra tutti e’ principi, al principenuovo è impossibile fuggire el nome di crudele, per essere li stati nuovi pieni di pericoli. E Virgilio, nella bocca di Didone, dice:

Res dura, et regni novitas me talia cogunt
Moliri, et late fines custode tueri[2]».

«Debbe non di manco el principe farsi temere in modo, che, se non acquista lo amore, che fugga l’odio; perché può molto bene stare insieme esser temuto e nonodiato; il che farà sempre, quando si astenga dalla roba de’ sua cittadini e de’ sua sudditi, e dalle donne loro: e quando pure li bisognasse procedere contro al sangue di alcuno, farlo quando vi sia iustificazione conveniente e causa manifesta; ma, sopra tutto, astenersi dalla roba d’altri; perché li uomini sdimenticano più presto la morte del padre che la perdita del patrimonio».

«Ma, quando el principe è con li eserciti et ha in governo multitudine di soldati, allora al tutto è necessario non si curare del nome di crudele; perché sanza questo nome non si tenne mai esercito unito né disposto ad alcuna fazione».





Del cap. XVII, De crudelitate et pietate; et an sit melius amari quam timeri, vel e contra[3]
[De la crueldad y piedad; y si sea mejor ser amado que temido, o viceversa]

[Más vale padre muerto que hacienda confiscada para mantener a los súbditos]

Debe un príncipe, por lo tanto, no preocuparse de la infamia de la crueldad, para mantener a sus súbditos unidos y fieles; porque, con poquísimos ejemplos será más piadoso que aquellos que, al tener con demasiada piedad, permiten que continúe el desorden, del cual nacen las occisiones y rapiñas: ya que estas suelen ofender a una totalidad entera, y aquellas ejecuciones que vienen del príncipe ofenden a un en privado. Y entre todos los príncipes, para un príncipe nuevo es imposible huirse del mote de cruel, al ser los estados nuevos llenos de peligros. Y Virgilio, poniéndose en boca de Dido, dice:

res dura, et regni novitas me talia cogunt
moliri, et late fines custode tueri[4].

El príncipe no debe evitar el hacerse temer, de modo que, si no gana su amor, que se huya el odio; porque fácilmente puede ser temido y no odiado al mismo tiempo; lo cual se mantendrá para siempre, cuando se abstenga de [confiscar] las pertinencias de sus ciudadanos, sus súbditos y sus mujeres: y cuando haya necesidad de extinguir a alguien, hacerlo cuando haya la justificación conveniente y causa manifiesta; pero, sobre todo, abstenerse de [confiscar] las pertinencias del otro; porque los hombres se olvidan de la muerte su padre más rápidamente que la pérdida de su patrimonio. Pero, cuando el príncipe está con los ejércitos y tiene a su mando una multitud de soldados, entonces, dentro de todo es necesario no preocuparse por el renombre de cruel; porque sin este renombre no se mantiene nunca un ejército unido ni dispuesto a ningún emprendimiento.



Del cap. XVIII, Quomodo fides a principibus sit servanda
[In che modo e’ principi abbino a mantenere la fede]

«A uno principe, adunque, non è necessario avere infatto tutte le soprascritte qualità, ma è bene necesario parere di averle. Anzi ardirò di dire questo, che, avendole et osservandole sempre, sono dannose, e parendo di averle, sono utile: come parere pietoso, fedele, umano, intero, relligioso, et essere; ma stare in modo edificato con l’animo, che, bisognando non essere, tu possa e sappi mutare el contrario».

«Debbe, adunque, avere uno principe gran cura chenon li esca mai di bocca una cosa che non sia piena delle soprascritte cinque qualità, e paia, a vederlo et udirlo, tutto pietà, tutto fede, tutto integrità, tutto relligione. E non è cosa più necessaria a parere di avere che questa ultima qualità. E li uomini in universali iudicano più alli occhi che alle mani; perché tocca a vedere a ognuno, a sentire a pochi. Ognuno vede quello che tu pari, pochi sentono quello che tu se’; e quelli pochi non ardiscano opporsi alla opinione di molti che abbino la maestà dello stato che li difenda: e nelle azioni di tutti li uomini, emassime de’ principi, dove non è iudizio da reclamare, si guarda al fine».



Del cap. XVIII, Quomodo fides a principibus sit servanda
 [De qué modo los príncipes deben cumplir con su palabra]

A un príncipe, no le es necesario tener en rigor todas las cualidades sobredichas, pero sí le es bien necesario aparentar tenerlas. Al contrario, osaré de decir esto; que teniéndolas y observándolas siempre, son dañosas, y pareciendo de tenerlas, son útiles: como parecer piadoso, fiel, humano, íntegro, religioso, y serlo; pero mantente de modo firme con el ánimo que, cuando es menester no serlo, puedas y sepas cambiar a lo contrario.
Por lo tanto, debe tener un príncipe gran cuidado de que no le escape nunca de su boca nada que no esté repleto de las cinco cualidades sobredichas, y, al verlo y oírlo parezca ser todo piedad, todo fe, todo integridad, todo religión. Y no hay cosa más necesaria para aparentar de tener que esta última cualidad. Y los hombres en general juzgan más con los ojos que con las manos; porque poder ver algo toca a todos, oír a pocos. Todos ven lo que tú estás aparentando, pocos oyen lo que tú eres; y aquellos pocos no atrevan a oponerse a la opinión de muchos que tengan la majestad del estado que le defiende; y con las acciones de todos los hombres, y máxime de los príncipes, donde no existe juicio de reclamarse, se mira hacia el fin.  


Del cap. XIX, De contemptu et odio fugiendo
[In che modo si abbia a fuggire lo essere sprezzato e odiato]

«Perché in Severo fu tanta virtù,che, mantenendosi soldati amici, ancora che populi fussino da lui gravati, possé sempre regnare felicemente;perché quelle sua virtù lo facevano nel conspetto de’ soldati e de’ populi sí mirabile, che questi rimanevano quodammodo attoniti e stupidi, e quelli altri reverenti e satisfatti. E perché le azioni di costui furono grandi in unprincipe nuovo, io voglio monstrare brevemente quanto bene seppe usare la persona della golpe e del lione: le quali nature io dico di sopra essere necessario imitare auno principe. Conosciuto Severo la ignavia di Iuliano imperatore, persuase al suo esercito, del quale era in Stiavonia[5] capitano, che elli era bene andare a Roma avendicare la morte di Pertinace, il quale da’ soldati pretoriani era suto morto; e sotto questo colore, sanza monstrare di aspirare allo imperio, mosse lo esercito contro a Roma; e fu prima in Italia che si sapessi la sua partita. Arrivato a Roma, fu dal Senato, per timore, eletto imperatore e morto Iuliano. Restava, dopo questo principio,a Severo dua difficultà, volendosi insignorire di tutto lostato: l’una in Asia, dove Nigro, capo delli eserciti asiatici, s’era fatto chiamare imperatore; e l’altra in ponente, dove era Albino, quale ancora lui aspirava allo imperio. E, perché iudicava periculoso scoprirsi inimico a tutti edua, deliberò di assaltare Nigro et ingannare Albino. Al quale scrisse come, sendo dal Senato eletto imperatore,voleva partecipare quella dignità con lui; e mandolli eltitulo di Cesare, e per deliberazione del Senato, se lo aggiunse collega: le quali cose da Albino furono accettateper vere. Ma, poiché Severo ebbe vinto e morto Nigro, epacate le cose orientali, ritornatosi a Roma, si querelò in Senato, come Albino, poco conoscente de’ benefizii ricevuti da lui, aveva dolosamente cerco di ammazzarlo, eper questo lui era necessitato andare a punire la sua ingratitudine. Di poi andò a trovarlo in Francia, e li tolselo stato e la vita. Chi esaminerà adunque tritamente le azioni di costui, lo troverrà uno ferocissimo lione et una astutissima golpe; e vedrà quello temuto e reverito da ciascuno, e dalli eserciti non odiato;».



Del cap. XIX, De contemptu et odio fugiendo
[Del huirse del desprecio y odio]
 [Sobre el ejemplo útil de Severo]


Porque en Severo hubo tanta virtud, que, manteniendo los soldados como amigos, aunque los pueblos fuesen abrumados por él, siempre pudo reinar felizmente; porque sus virtudes le hacían en la presencia de los soldados y de los pueblos tan admirable, que unos quedaban como atónitos y estupefactos, otros reverentes y satisfechos. Y puesto que las acciones de él fueron grandes para un príncipe nuevo, yo quiero mostrar brevemente cuán bien supo personificar el zorro y el león: las cuales naturalezas que yo dije antes ser necesarias a imitar para un príncipe.
Sabiendo Severo la ignavia del emperador Juliano, persuadió a su ejército que estaba bajo su capitanía en Eslavonia[6], que les estaría bien andar a Roma para vengar la muerte de Pertinax[7], el cual fue matado por los soldados pretorianos; y bajo este matiz, sin mostrar su aspiración en poseer el imperio, movió el ejército contra Roma; y estuvo en Italia antes de que se supiese de su partida.
Llegado a Roma, fue —a través del temor— elegido por el Senado emperador y mató a Juliano. Le quedaban, tras este comienzo, dos dificultades a Severo, quien quería enseñorearse de todo el estado: una en Asia, donde Níger[8], jefe militar de los ejércitos asiáticos, se hizo llamar emperador; otra, en el poniente, donde estaba Albino[9], que a la sazón aspiraba a poseer el imperio.
Y puesto que lo tuvo por peligroso declararse enemigo de los dos, resolvió asaltar a Níger y engañar a Albino.  Al cual, le escribió como, siendo elegido emperador por el Senado, quería participar de aquella dignidad con él; y le confirió el título de César, y por deliberación del Senado, se lo adscribió como colega suyo: y los cuales acontecimientos fueron aceptados por Albino como verdaderos. Pero, debido a que Severo hubo vencido y matado a Níger, y sosegados sus asuntos en el oriente, se volvió a Roma, se querelló en el Senado, cómo Albino —poco consciente de los beneficios recibidos de él— había intentado dolosamente de matarle, y por eso le era menester ir a punir su ingratitud.
 Después se fue a buscarle en Francia, y le privó del estado y de su vida. Por lo tanto, el que estrechamente escruta sus acciones, encontrará un ferocísimo león y un astutísimo zorro; y verá que él es temido y reverenciado por todos, y no odiado por los ejércitos.




[Occorre fare una miscela delle qualità in cui si puoi emulare qualcuno]


«Per tanto uno principe nuovo in uno principato nuovo non può imitare le azioni di Marco, né ancora è necessario seguitare quelle di Severo; ma debbe pigliare da Severo quelle parti che per fondare el suo stato sono necessarie, e da Marco quelle che sono convenienti e gloriose a conservare uno stato che sia già stabilito e fermo».

[hay que hacer una mezcla de las cualidades en las que sí se puede emular a uno]

Por lo tanto, un príncipe nuevo en un principado nuevo no puede imitar las acciones de Marco, ni siquiera es necesario seguir las de Severo; pero debe tomar de Severo aquellas partes que, como para establecer su estado son necesarias, y de Marco, aquellas que son convenientes y gloriosas para conservar un estado que sea ya establecido y firme.


Del cap. XX, An arces et multa alia quae cotidie a principibus fiunt utilia an inutilia sint
[Se le fortezze e molte altre cose, che ogni giorno si fanno da’principi, sono utili o no]

«Ma, quando uno principe acquista uno stato nuovo, che come membro si aggiunga al suo vecchio, allora è necessario disarmare quello stato, eccetto quelli che nello acquistarlo sono suti tua partigiani; e quelli ancora, col tempo e con le occasioni, è necessario renderli molliet effeminati, et ordinarsi in modo che tutte l’arme deltuo stato sieno in quelli soldati tua proprii, che nello stato tuo antiquo vivono appresso di te».



Del cap. XX, An arces et multa alia quae cotidie a principibus fiunt utilia aninutilia sint
[Si las ciudadelas y muchas otras cosas que cotidianamente son llevadas a cabo por los príncipes sean útiles o inútiles]

Pero, cuando un príncipe conquista un estado nuevo que se anexa como miembro de su viejo [estado], entonces es necesario desarmar aquel estado, salvo aquellos que al conquistarlo son tus guerrilleros; y aun aquellos, con el tiempo y con las circunstancias, es necesario hacerle débil y afeminado, y operarse de una manera que todas las armas de tu estado estén en manos de tus propios soldados, los que en tu antiguo estado viven cerca de ti.


Del cap. XXI, Quod principem deceat ut egregius habeatur
[Che si conviene a un principe perché sia stimato]

[Che demente era il re Fernando agli ebrei]
 
«Oltre a questo, per possere intraprendere maggiori imprese, servendosi sempre della relligione, si volse ad una pietosa crudeltà, cacciando e spogliando, el suo regno,de’ Marrani; né può essere questo esemplo più miserabile né più raro».


Del cap. XXI, Quod principem deceat ut egregius habeatur
[Lo que le conviene al príncipe para que sea reputado como egregio]
[Qué demente era el rey Fernando para con los judíos]

Más allá de esto, como para poder emprender mayores empresas, partiendo siempre de la religión, se retornó a una piadosa crueldad, exterminando y expoliando de su reino los marranos[10]; no podría ser más miserable ni más raro este ejemplo.


[Non essere neutrale durante i tempi di guerra]

«È ancora stimato uno principe, quando elli è veroamico e vero inimico, cioè quando sanza alcuno respettosi scuopre in favore di alcuno contro ad un altro. Il quale partito fia sempre più utile che stare neutrale: perché,se dua potenti tua vicini vengono alle mani, o sono di qualità che, vincendo uno di quelli, tu abbia a temeré del vincitore, o no. In qualunque di questi dua casi, ti sarà sempre più utile lo scoprirti e fare buona guerra; perché nel primo caso, se non ti scuopri, sarai sempre preda di chi vince, con piacere e satisfazione di colui cheè stato vinto, e non hai ragione né cosa alcuna che ti defenda né che ti riceva. Perché, chi vince, non vuole amici sospetti e che non lo aiutino nelle avversità; chi perde,non ti riceve, per non avere tu voluto con le arme in mano correre la fortuna sua».


[No seas neutral durante tiempos bélicos]

Y aún siendo estimado un príncipe, cuando él es un amigo o enemigo de veras, eso es, cuando sin ninguna deferencia, se muestra a favor de uno contra el otro.
La cual decisión será siempre más útil que estar neutro; porque si dos potentes vecinos tuyos se pugnan entre sí, o bien son de una cualidad que venciendo uno de ellos, tú has de temer al vencedor o no. En cualquier de estos dos casos, te será siempre más útil tomar partido y hacer buena guerra; porque en el primer caso, si no tomas partido, serás siempre la presa del vencedor, con el gusto y satisfacción de él que ha sido derrotado, y no habrá razón ni cosa alguna que te defienda o te ampare. Porque él que vence, no quiere amigos sospechosos y que no le han ayudado durante la adversidad; el que ha perdido no te ampara [tampoco], por tú no haberte querido correr el riesgo mediante las armas.


[Non dimenticare il pan et circenses]

«E, perché ogni città è divisa in arte o in tribù[11], debbe tenere conto di quelle università, raunarsi con loro qualche volta, dare di sé esempli di umanità e di munificenzia, tenendo sempre ferma non di manco la maestà della dignità sua, perché questo non vuole mai mancare in cosa alcuna».


[No te olvides del pan et circenses]

Y puesto que cada ciudad está dividida en guildas o tribus[12], debe tomar cuenta de aquellos grupos, reunirse con ellos de vez en cuando, dar de sí mismo ejemplos de humanidad y munificencia; empero, manteniendo siempre firme la majestad de su dignidad, ya que esta no le debe faltar nunca en cosa alguna.


Del cap. XXIII, Quomodo adulatores sint fugiendi
[In che modo si abbino a fuggire li adulatori]

«Però si conclude che li buoni consigli, da qualunque venghino, conviene naschino dalla prudenzia del principe, e non la prudenza del principe da’ buoni consigli».

Del cap. XXIII, Quomodo adulatores sint fugiendi
[En qué modo debe huirse de los aduladores]

Pero se concluye, que los buenos consejos, de quienquiera que vengan, conviene que nazcan de la prudencia del príncipe, y no de la prudencia del príncipe a través de los buenos consejos.



Del cap. XXV, Quantum fortuna in rebus humanis possit, et quomodo illi sit occurrendum
[Quanto possa la Fortuna nelle cose umane, et in che modo seli abbia a resistere]

[Come vedo la fortuna]


«Et assomiglio quella a uno di questi fiumi rovinosi, che, quando s’adirano, allagano e’ piani, ruinano li arberi e li edifizii, lievono daquesta parte terreno, pongono da quell’altra: ciascuno fugge loro dinanzi, ognuno cede allo impeto loro, sanza potervi in alcuna parte obstare. E, benché sieno cosí fatti, non resta però che li uomini, quando sono tempiquieti, non vi potessino fare provvedimenti, e con ripari et argini, in modo che, crescendo poi, o andrebbono per uno canale, o l’impeto loro non sarebbe né si licenzioso né si dannoso. Similmente interviene della fortuna: la quale dimonstra la sua potenzia dove non è ordinata virtù a resisterle, e quivi volta li sua impeti, dove la sa che non sono fatti li argini e li ripari a tenerla».


[Cómo veo la  fortuna]


Y la asemejo [la fortuna] a uno de esos ríos ruinosos, que, cuando se enfurecen, alagan las llanuras, arruinan los árboles y los edificios, extirpan terreno de alguna parte, y lo dejan en otra; todos huyen ante ellos, cada uno cede a su ímpetu, sin poder impedirlos por ninguna parte. Y, aunque así ocurran, sin embargo, no se sigue que los hombres, cuando el clima es apaciguado, no pudiesen haber hecho provisiones, y con diques ribereños, de manera que, subiéndose después [el agua], o bien pasarían por un canal, o su ímpetu no sería tan licencioso ni dañoso. De manera semejante interviene la fortuna; la cual demuestra su potencia donde no hay virtud esmerada para resistirle, y acullá dirige sus ímpetus, a donde sabe ella que non están construidos los diques y amparos como para contenerla.





[Occorre essere proattivo per non cadere vittima della fortuna]


«Concludo, adunque, che, variando la fortuna, e stando li uomini ne’ loro modi ostinati, sono felici mentre concordano insieme, e, come discordano, infelici. Io iudico bene questo, che sia meglio essere impetuoso che respettivo; perché la fortuna è donna, et è necessario, volendola tenere sotto, batterla et urtarla. E si vede che la si lascia più vincere da questi, che da quelli che freddamente  procedano. E  però  sempre,  come  donna, è amica de’ giovani, perché sono meno respettivi, più feroci e con più audacia la comandano».



[Hay que ser proactivo para no ser víctima de la fortuna]


Concluyo entonces, que variando la fortuna y estando los hombres dentro de sus maneras obstinadas, son felices mientras se concuerden los dos juntos, y cuando se desacuerdan, infelices. Yo lo juzgo por bien esto; que sea mejor ser impetuoso que cauteloso; porque la fortuna es femenina, y es necesario, para mantenerle abajo, batirle y golpearle. Y se ve que se le deja vencer más por aquellos primeros, que por estos últimos que proceden indiferentemente. No obstante, como mujer siempre es amiga de los jóvenes, porque son menos cautelosos, más feroces y con más audacia la mandan.


Del cap. XXVI, Exhortatio ad capessendam Italiam in libertatemque a barbaris vindicandam
[Esortazione a pigliare la Italia e liberarla dalle mani de’ barbari]

[Machiavelli cita un versetto di Petrarca]


«Virtù contro a furore
Prenderà l’arme, e fia el combatter corto;
Ché l’antico valore
Nell’italici cor non è ancor morto».

Del cap. XXVI, Exhortatio ad capessendam Italiam in libertatemque a barbaris vindicandam
 [Exhortación para tomar las riendas de la Italia y liberarla y protegerle de los bárbaros]

[Maquiavelo cita un verso de Petrarca]




La virtud contra el furor
tomará las armas, y hace el combate corto;
Porque el valor antiguo
en los corazones de los italianos todavía no está muerto.





Vocabularium

a’. a los. ai en el italiano moderno.
ab extra. adv. desde afuera.
abbino (avere). tengan. abbiano en el italiano moderno.
adirarsi. enojarse, enfurecerse.
adire. osar.
aggiunse (aggiungere). juntó.
allagare. inundar, alagar.
al tutto. en total, dentro de todo.  
ancora che. aunque.
appartenere. pertenecer.
appresso di sé. cerca de él.
acciò che. para que.
addietro. adv. alguna vez, antes, en el pasado. 
aggiugnere. (Del lat. adiungere). unirse [con], acertar, conectarse con [el blanco].
aragine. (Del lat. arger-erem). dique, orilla, presa.
cavare. cuidarse de.
cercare (Del lat. circare). intentar, buscar.  
colui (Del lat. *(ec)cu illūi, y este del lat. eccum illi). el, aquel.
conspetto (Del lat. conspectus). presencia. cospetto en el italiano moderno.
correre la fortuna. correr el riesgo.
da’. de los. dai en el italiano moderno.
da ciascuno. por todos. (Nota la influencia del latín aquí: el ablativo de causa).
e’. (Del lat. ĭlli). los. i en el italiano moderno.
elli. (Del lat. illi). desus. aquellos. essi en el italiano moderno.
e però. y no obstante.
fazione. f. acción.
fia/fie (del ant. fire, y este del Lat. fiet, de fio). será. sarà en el italiano moderno.
fu dal senato. fue por el senado.
golpe (Del lat. vulpex, quizá infl. por el fr. ant. goupil). zorro, vulpeja. volpe en el italiano moderno.

indrieto. adv. atrás. indietro en el italiano moderno.
in nubibus. adv. en un estado suspendido.
intraprendere. emprender, acometer.
in universali. en general. in universale en el italiano moderno.
lievono (lievare). quitan. levono en el italiano moderno.
nacque (nascere). nació.
naschino (de nascere). nazcan, nacen. nascano/nascono en el italiano moderno.
né ancora. ni siquiera, tampoco.
non di manco. di nemmeno. no obstante.
offendere. perjudicar, dañar, no ofender.
oltre a questo. más allá que esto, más allá de esto.
paia (parere). parezca.
particulare. adv. en privado. particolare en el italiano moderno.
pigliare. agarrar, tomar. no pillar.
possé (potere). pudo. poté en el italiano moderno.
potessino. pudiesen. potessero en el italiano moderno.
quelli e’ quali. aquellos que.
quivi. adv. allá, acullá. ivi en el italiano moderno.
quodammodo. lat. adv. en qué manera.
raunare. aunar, adunar. radunare en el italiano moderno.
respettivo. que procede con cautela, cauteloso. rispettivo en el italiano moderno.
respetto. rispetto.
ripario. ribereño.
rovinoso. ruinoso.
scuopre. declara, se muestra. scopre en el italiano moderno.
sdimenticare. olvidarse. dimenticare en el italiano moderno.
seppe (sapere). supo.
spento (de spegnere). extinguido, extirpado.
Stiavonia. Slavonia o Schiavonia en el italiano moderno.
suti. bajo. sotti en el italiano moderno.
suto (de essuto, de essere). fue. stato en el italiano moderno.
tolto. sacado, quitado.
tua. (Del flor.). tuyos. tuoi en el italiano moderno.
urtare (Del. occ. urtar, y este quiz. del germ. *hurt, 'ariete'). herir, golpear.





[1] Ciro II el Grande (circa 600/575 – 530 a. C.), rey aqueménida de Persia (circa 559-530 a. C.) y el fundador del Imperio persa aqueménida (en persa antiguo: Haxāmanišiya), tras vencer a Astiages, último rey medo (550 a. C.) y extender su dominio por la meseta central de Irán y gran parte de Mesopotamia. Sus conquistas se extendieron sobre Media, Lidia y Babilonia, desde el mar Mediterráneo hasta la cordillera del Hindu Kush, con lo que creó el mayor imperio conocido hasta ese momento. Este duró más de doscientos años, hasta su conquista final por Alejandro Magno (332 a. C.). (Wikipedia). Maquivelo admiró la obra ficticia «Ciropedia», de Jenofonte, la cual se trata de la educación y formación de Ciro.
[2] De su Enedas,
[3] «vel e contra»: viceversa.
[4] La situación dura y la novedad del reino me llevan a tales [actos];/
a tomar acción, y guardar desde lejos mis limítrofes mediante guardias. 
[5] Fiorentino per Slavonia o Schiavonia.
[6] región histórica en lo que es hoy Croacia.
[7] Publio Helvio Pertinax (Publius Helvius Pertinax), emperador de Roma durante los años 192-193 d.C.
[8] Pescenio Níger (Pescennius Niger).
[9] Décimo Clodio Ceionio Septimio Albino (Decimus Clodius Septimius Albinus Augustus), pretendiente al trono del imperio romano (Wikipedia).
[10] «marranos»: judíos no conversos, ya es voz despectiva.
[11] eso es, guildas de artesanos.
[12] Lit. «en arte o en tribu» en el original. Las artes fueron guildas en Florencia durante la vida de Maquiavelo. 



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Retrato de Maquiavelo de Santi di Tito, siglo XVI



 

Mo Ghile Mear, un poema bárdico de Seán Clárach Mac Domhnaill (1691-1754)

  Este poema es un buen ejemplo de la poesía bárdica popular del siglo VII. Se trata de un lamento [ caoineadh en irlandés, y se pronuncia...