África del Norte (Africa Septentrionalis) en los comienzos del siglo VI: inquinada por
bárbaros germánicos (vándalos) y ya no bajo la influencia romana imperial de los siglos
anteriores. Sin embargo, se mantenía el latín vulgar (o hasta un protorromance
africano), que posiblemente sobrevivió hasta el siglo XV. Luxorio fue un poeta muy tardío que probablemente nació en Cartago u
otro pueblo del histórico municipium que los romanos habían cultivado
allí. Supuestamente vivía en dicha ciudad antes de que el territorio fuese
reconquistado por el emperador Justiniano I, durante la guerra vándala (Βανδηλικὸς
Πόλεμος) 533-44. Luxorio vivía durante tiempos inciertos y es considerado con
razón un poeta casi perdido, pues es muy poco leído, y hay pocas traducciones
disponibles de sus poemas/epigramas. Su obra es como mirar por una bocallave;
más que por su belleza, da más fascinación pensar cómo vivía este autor en una
fecha tan tardía. Casi dos siglos después de la caída de Roma, África seguía
produciendo rétores y poetas. El poema traducido se trata de un homenaje a un libro suyo muy querido, que, como cuenta en el poema, se muda para quedarse en un estante
más digno. El verso es hexámetro y cuenta con cinco espondeos finales a través del poema. El dístico al final del poema es algo críptico, pero hay que entenderlo como una personificación de lo que diría el libro mismo, una suerte de defensa contra las injurias que quizá reciba de las manos de la gente pudiente, acostumbrada a tener libros más nuevos y mejor conservados. Quiere plasmar que; a un libro humilde no le debe molestar quedarse en un estante menos ilustre, y así estará exento de la envidia o bien hacia el estante o villa donde permanece, o bien hacia los otros libros más ilustres o famosos que él, que a la vez son tocados por las manos aristocráticas. Hay que amar los libros.
Luxorio (Siglo VI)
III
Asclepiadei ad librum suum
Parvus nobilium cum liber ad domos
Pomposique fori scrinia publica
Cinctus multifido[1] veneris
agmine,
Nostri defugiens pauperiem laris,
Quo dudum modico sordidus angulo
Squalebas, tineis[2] iam
prope[3] deditus,
Si te despiciet turba legentium
Inter Romulidas[4] et
Tyrias[5] manus,
Isto pro exequiis claudere disticho:
«Contentos propriis esse decet focis
Quos laudis facile[6] est invidiam pati».
[Poema in prosa positum]
L
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iber parvus, cum veneris ad domos nobilium [et ad] scrinia
publica fori pomposi, cinctus [es] [cum] [una] multifido agmine, defugiens
[ipsam] pauperiem nostri lauris, quo dudum sordidus [es] [in] modico angulo
squalebas, iam prope deditus tineis, si te despiciet turba
legentium inter [ipsas] manus Romulidas et Tyrias, claudere [cum] isto disticho
pro exequiis [tuas]: «Decet contentos
esse [in] focis propriis, [libros] / quos pati invidiam [suam] laudis [aliorum librorum] facile est».
(al castellano)
3
Asclepíades [se despide] de su libro
O libro parvo, cuando llegas a las casas de los nobles
y a los escriños públicos del foro solariego,
ceñido [estarás] de una caterva variada,
huyéndote de la pobreza de mis lares, donde
previamente sórdido en un módico rincón
Carcomías, ya casi devorado por las tiñas.
Si la turba de lectores entre las manos
romanas y tirias te desprecie,
fenécete con este dístico para [tus] exequias:
«Conviene estar contentos en sus propios hogares, a los libros
que les es fácil soportar su envidia de los de renombre».
que les es fácil soportar su envidia de los de renombre».
[1] «multifidus»: variado, aglomerado.
[2] «tinea»: tiña, insecto
lepidóptero que daña plantas, árboles y colmenas
[3] «prope»: casi.
[4] «Romulida»: gens
romana.
[5] «Tyrius»: persona qui ex Tyro est.
[6] Aparentemente, la
elisión tradicional de m final cuando la siguiente palabra comienza con
una vocal, ya no se la escribía; quizá por la pérdida general de la m en
el latín hablado del siglo VI, o por una preferencia estilística del autor, o
simplemente por error del manuscrito. Gramaticalmente, no puedo justificar
que «facile» sea un adverbio, no encaja con la sintaxis de la oración. Después de ver varios ejemplos antiguos, puedo concluir que se dice facile [caso nominativo, de género neutro], cuando un verbo le sigue; cf. Varrón, De Lingua Latina: "non facile est dicere similis esse". Rosenblum lo tradujo erróneamente como adverbio. Además tengo que descartar por completo la conjetura caprichosa de Sháckleton Bailey, (quien propuso «pigitum» [disgustado] en vez de «facile»), por la falta de congruencia paleográfica que tiene respecto al manuscrito, el Códice Salmasianus, donde figura como «facile» .
Galería:
Ruinas cartaginenses, ubicadas en lo que es hoy día Túnez