Some quotes by Saint John of God, translated from the Spanish

Quotes taken from the letters of Saint John of God

Saint John of God (born João Duarte Cidade) was originally a Portuguese soldier, and many people today are not aware that he was not Spanish, but rather born in Montemor-o-Novo, Évora, in the then Kingdom of Portugal. We possess a few letters he wrote to his personal contacts, and these were written in Spanish. As of 2021, the best edition for these letters is the «Cartas de San Juan de Dios», published by the Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. The quotes presented here are taken from these letters. Both the original text and a modernized equivalent have been included to aid comprehension.

 

I.                  «Si mirásemos cuán grande es la misericordia de Dios, nunca dejaríamos de hacer bien mientras pudiésemos: pues que, dando nosotros por su amor a los pobres lo que él propio nos da, nos promete ciento por uno en la bienaventuranza. ¡Oh, bienaventurado logro y usura! ¿Quién no da lo que tiene a este bendito mercader, pues hace con nosotros tan buena mercancía y nos ruega, los brazos abiertos, que nos convirtamos y lloremos nuestros pecados, y hagamos caridad primero a nuestras ánimas y después a los prójimos? Porque así como el agua mata al fuego, así la caridad al pecado». 

 

(texto original)

«Si mirássemos quán grande es la misericordia de Dios, nunca dejaríamos de hazer bien mientras pudiéssemos; pues que dando nosotros, por su amor, a los pobres lo que Él propio nos da y nos promete ciento por uno en la bienaventurança. ¡O bienaventurado logro y osura! ¿Quién no da lo que tiene a este bendito mercader, pues haze con nosotros tan buena mercancía, y nos ruega, los braços abiertos, que nos convirtamos y lloremos nuestros pecados y hagamos caridad primero a nuestras ánimas y después a los próximos? Porque ansí como el agua mata al fuego, ansí la caridad al peccado».

 

(English)

If we would only look at how great is God's compassion, we would never cease to do good as long as we were able to: for, we ourselves, through his love, giving to the poor what He himself gives to us, he guarantees beatitude to each and every one of us. Oh, what a blessed achievement and gain! Who wouldn't give what he has to this holy merchant, for he fashions good merchandise out of us, and begs us, with open arms, that we convert and cry out our sins, and we give charity firstly to our own souls, and then onto our neighbours? For just as water extinguishes fire, so does charity [wash away] sin.

 

—Carta a Luis Bautista.

 

II.              «Porque así como el agua mata al fuego, así la caridad al pecado». 

 

(texto original)

 

«Porque ansí como el agua mata al fuego, ansí la caridad al peccado».

 

—ibid.

 

(English)

 

For just as water extinguishes fire, so does charity [wash away] sin.

 

 

III.           «Os habéis de guardar mucho de las mujeres, como del diablo».

 

(texto original)

«os aveys de guardar mucho de las mugeres como del djablo».

—ibid.

 

(English)

You must stay away from women, like the devil.

 

 


 

IV.    «Todos los días de este mundo ved a Dios, ved misa entera siempre, confesaos a menudo, si posible fuere; no durmáis en pecado mortal ninguna noche; amad a nuestro Señor Jesucristo sobre todas las cosas del mundo, que por mucho que vos le améis, mucho más os ama Él. Tened siempre caridad, que donde no hay caridad no hay Dios, aunque Dios en todo lugar está».

—ibid.

 

(texto original)

  «Todos los días deste mundo ved a Dios, ved misa entera sienpre, confesaos a menudo, si posible fuere; no durmays en pecado mortal ninguna noche; amad a nuestro Sennor Ihesu Christo sobre todas las cosas del mundo, que por mucho que vos le ameys, mucho más os ama Él. Tened sienpre caridad, que donde no ay caridad no ay Dios, aunque Dios en todo lugar está». 

 

(English)

Every day in this life see God, go to mass always, confess regularly, if it be possible; do not sleep one night in mortal sin; love our lord Jesus Christ above all things in the world, for however much you love him, He loves you more. Always have charity, for where there is no charity, there is no God, even though God is everywhere.  

 

 

V.               [Su oración]: «En nombre de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra Señora la Virgen María, siempre entera, Dios delante sobre todas las cosas del mundo, amén».

 

(texto original)

«En nonbre de nuestro Sennor Jesuchristo y de nuestra sennora la virgen María, sienpre entera, Dios delante sobre todas las cosas del mundo, amén».

—ibid.

 

 

(English)

In the name of our lord Jesus Christ and our lady the Virgin Mary, ever pure; God before all things in the world, amen.

 

 

VI. No quiero pediros ahora aguinaldo porque sé que hay allá hartos pobres a quien hacer bien, sino que nuestro Señor os dé salvación para el alma, que en esta vida cuitada el buen vivir es la llave de aquél que salvarse sabe, que lo otro todo es nada».

 

(texto original)

«No quiero pediros hagora aguinaldo, porque sé que ay alla artos pobres a quien hazer bien, sino que nuestro Sennor os dé salvaçion para el ánima, que en esta vida cuytada el buen bivir es la llabe de aquel que salvarse sabe, que lo otro todo es nada».

—Segunda carta a Gutierre Laso.

 

(English)

I wish not to ask thee for a donation now, because I know that there are many poor people there to act kindly upon, but rather that our Lord grant thee salvation on thy soul, for in this troubled life, living well is the key for one who knows how to save himself, for the rest is nothing.

 

 

 

VII.       [Expresión suya]: «Dios se lo pague». 

—Primera carta a la Duquesa de Sesa.

 

(English)

May God vouch for it.

 

 

 

VIII. «Confía sólo en Jesucristo: ¡Maldito el hombre que confía del hombre! De los hombres has de ser desamparado, que quieras o no, mas de Jesucristo no, que es fiel y durable. Todo perece sino las buenas obras».

 

(texto original)

Confía sólo en Jesuchristo: ¡Maldito el hombre que confía del hombre! De los hombres as de ser desamparado, que quieras o no, mas de Jesuchristo no, que es fiel y durable. Todo perece, sino las buenas obras».

—Ibid.

 

(English)

Trust only in Jesus Christ: accursed the man who trusts in man! You must be detached from men, whether you like it or not, but not from Jesus Christ, who is loyal and enduring. Everything perishes save for good deeds.

 


 

IX. «esta vida no es otra cosa sino una muy continua guerra en que siempre vivimos, mientras estamos en este destierro y valle de lágrimas, combatidos siempre de tres enemigos mortales, que son el mundo y el diablo y la carne».

 

(texto original)

«esta vida no es otra cosa sino una muy contina guerra en que sienpre bibimos, mientras estamos en este destierro y valle de lágrimas, conbatidos sienpre de tres enemigos mortales, que son el mundo y el diablo y la carne».

—Segunda carta a la Duquesa de Sesa.

 

 

(English)

This life is nothing other than one continuous war in which we are living, while we are in this banishment and valley of tears, [we are] ever bombarded by three mortal enemies, which are the world, the devil and the flesh.

 

 

 

X. «mas Jesucristo lo provee todo, que yo no hago nada».

 

(texto original)

«mas Jesucristo lo provee todo, que yo no hago nada».

—Ibid.

 

(English)

Yet Jesus Christ provides everything, I do nothing.

 

 


[Las tres letras de San Juan de Dios]

XI. «Tres son las letras, porque tres son las virtudes que nos encaminan al cielo: la primera es la Fe, creyendo todo lo que cree y tiene la Santa Madre Iglesia y guardando sus Mandamientos y poniéndolos por obra; la segunda es Caridad, tener caridad primero de nuestras almas, limpiándolas con la confesión y con penitencia, y luego caridad con nuestros prójimos y hermanos  queriendo para ellos lo que queremos para nosotros; la tercera es Esperanza en sólo Jesucristo, que por los trabajos y enfermedades que por su amor pasáremos en esta vida miserable, nos dará la gloria eterna por los méritos de su sagrada Pasión y por su gran misericordia. 

Las letras son de oro, porque así como el oro es tan preciado metal para resplandecer, y tener la color que ha de tener para ser preciado, es primero apartado de la tierra e inmundicia en que se cría, y después purgado por el fuego para quedar limpio y apurado; así conviene que el alma, que es joya tan preciada, sea apartada de los deleites y carnalidades de la tierra, y quede sola con Jesucristo y después purgada en fuego de caridad con trabajos, ayunos y disciplinas y áspera penitencia

para que sea preciada de Jesucristo y resplandezca delante del acatamiento divino. Cuatro esquinas tiene este paño que son las otras cuatro virtudes que acompañan a las tres que hemos dicho primero, y son estas:  la Prudencia y Justicia y Templanza y Fortaleza. La Prudencia nos muestra qué prudente y sabiamente nos hayamos en todas las cosas que hubiéremos de hacer y pensar, tomando consejo con los más viejos y que saben más. La Justicia quiere decir ser justo y dar a cada uno lo que es suyo; lo que es de Dios darlo a Dios y lo que es del mundo darlo al mundo. La Temperancia nos enseña que templadamente y con regla tomemos el comer y el beber y el vestir y todas las otras cosas que son

menester para servicio de los cuerpos humanos. Fortaleza nos dice que seamos fuertes y constantes en el servicio de Dios, mostrando alegre rostro a los trabajos y fatigas y enfermedades como a la prosperidad y consuelo; y por lo uno y por lo otro dar gracias a Jesucristo.

Tiene este paño de esta otra parte, una cruz a manera de aspa; ésta es la cruz que cada uno que desea salvarse ha de llevar, cada uno como Dios es servido y le da la gracia, aunque todas tiran a un blanco, mas cada uno va por su camino como Dios lo encamina: unos son frailes y otros clérigos y otros ermitaños y otros son casados; así que en cualquiera estado se puede cada uno salvar, si quiere. 

Todo esto, buena Duquesa, lo sabéis vos mucho mejor que no yo, y por tanto huelgo de hablar con quien me entienda. Tres cosas debemos a Dios: Amor, servicio y reverencia. Amor, que como a Padre celestial le amemos sobre todas las cosas del mundo. Servicio, que le sirvamos como a Señor, no por interés de la gloria que ha de dar a los que le sirvieren, sino por sola su bondad, Reverencia, como a Criador, no atrayendo su santo nombre en la boca si no fuere para darle gracias y bendecirle su santo nombre. En tres cosas habéis de gastar el tiempo cada día, buena Duquesa: en oración y en trabajo y en mantenimiento para el cuerpo. En oración, dando gracias a Jesucristo luego que os levantéis por la mañana, por los bienes y mercedes que siempre os hace en habernos criado a su imagen y semejanza, y nos dio gracia que fuésemos cristianos, y pedir misericordia a Jesucristo, que nos perdone, y rogar a Dios por todo el mundo. En trabajo, que trabajemos corporalmente, ocupándonos en algún ejercicio que sea virtuoso, porque merezcamos lo que comiéremos, pues Jesucristo trabajó hasta la muerte; porque no hay cosa que engendre más pecados que la ociosidad. En mantenimiento para nuestro cuerpo, porque así como un arriero cura y mantiene un animal para servirse de él, así conviene que le demos a nuestro cuerpo lo que le hace menester para que con él tengamos fuerzas para servir a Jesucristo». 

 

(texto original)

 «Tres son las letras, porque tres son las virtudes que nos encaminan al çielo: la primera es fee, creyendo todo lo que cree y tiene la santa madre Yglesia y guardando sus mandamientos y poniéndolos por obra; la segunda es Caridad, tener caridad primero de nuestras ánimas, limpiándolas con la confesión y con penitençia, y luego caridad con nuestros próximos y hermanos queriendo para ellos lo que queremos para nosotros; la terçera es Esperança en sólo Xesuchristo, que por los travavjos y enfermedades que por su amor pasáremos en esta vida miserable, nos dará la gloria eterna por los méritos de su sagrada pasión y por su gran misericordia.

Las letras son de oro, porque así como el oro es tan preçiado metal para resplandeçer, y tener la color que a de tener para ser preçiado es primero apartado de la tierra e ynmundiçia en que se cría, y después purgado por el fuego para quedar limpio y apurado; ansí conbiene quel ánima, ques joya tam preçiada, sea apartada de los deleytes y carnalidades de la tierra, y quede sola con Xesuchristo y después purgada en fuego de caridad con travaxos ayunos y deciplinas y áspera penitençia, para que sea preçiada de Xesuchristo y resplandezca delante del acatamiento divino.

Quatro esquinas tiene este panno, que son las otras quatro birtudes que aconpannan a las tres que emos dicho primero, y son éstas: La Prudençia y Justiçia y Templança y Fortaleza. La Prudenzia nos muestra que prudente y saviamente nos ayamos en todas las cosas que obiéremos de haçer y pensar, tomando consexo con los más biexos y que saven más. La Justiçia quiero dezir ser justo y dar a cada uno lo que es suyo; lo ques de Dios dallo a Dios y lo ques del mundo dallo al mundo. La Tenperançia nos ensenna que tenpladamente y con regla tomemos el comer y el beber y el bestir y todas las otras cosas que son menester para serbiçio de los cuerpos umanos. Fortaleza nos diçe que seamos fuertes y costantes en el serbiçio de Dios, mostrando alegre rostro a los travaxos, fatigas y enffermedades, como a la prosperidad y consuelo; y por lo uno y por lo otro dar graçias a Xesuchristo. Tiene este panno destotra parte una cruz a manera de aspa: ésta es la cruz que cada uno que desea salvarse a de llevar, cada uno como Dios es serbido y le da la graçia, aunque todas tiran a un blanco, mas cada uno ba por su camino como Dios le encamina: unos son frayles y otros clérigos y otros hermitannos y otros son casados; así quen qualquiera estado se puede cada uno salvar, si quiere. Todo esto, buena duquesa, lo sabeis bos muncho mexor que no yo, y por tanto huelgo de ablar con quien me entienda.

Tres cosas devemos a Dios: amor, serbiçio y reverençia. Amor, que como a padre çelestial le amemos sobre todas las cosas del mundo. Serbiçio, que le sirvamos como a Sennor, no por ynterese de la gloria que a de dar a los que le sirbieren, sino por sola su bondad. Reverençia, como a criador, no atrayendo su santo nombre en la boca si no fuere para dalle graçias y bendezille su santo nonbre.

En tres cosas aveis de gastar el tiempo cada día, buena duquesa: en oración y en travaxo y en mantenimiento para el cuerpo. En oraçión, dando graçias a Xesucristo luego que os lebanteis por la mannana, por los bienes y merçedes que siempre os haçe en avernos criado a su ymaxen y semexança, y nos dio graçia que fuésemos cristianos, y pedir misericordia a Xesuchristo, que nos perdone, y rogar a Dios por todo el mundo. En travaxo, que travaxemos corporalmente, ocupándonos en algun exerçiçio que sea birtuoso, porque merezcamos lo que comiéremos, pues Xesucristo travaxó hasta la muerte; porque no ay cosa que enxendre mas pecados que la oçiosidad. En mantenimiento para nuestro cuerpo, porque así como un harriero cura y mantiene un animal para serbirse dél, ansí combiene que le demos a nuestro cuerpo lo que le haçe menester para que con él tengamos fuerças para serbir a Xesucristo».

 

Hermana mía muy amada y muy querida, por amor de Xesucristo os ruego que tengays tres cosas en la memoria, y son estas: la primera la ora de la muerte, de la qual ninguno puede escapar, y las penas del ynfierno, y de la gloria y bienabenturança del parayso. En la primera, pensar cómo la muerte consume y acava todo lo que este miserable mundo nos da, y no nos dexa llevar con nosotros sino un pedaço de lienço roto y mal cosido. Y lo segundo, pensar cómo por tan brebes deleytes y pasatienpos, que presto se pasan, emos de yr a pagallos, si em pecado mortal morimos, al fuego del ynfierno que siempre dura. La terçera, considerar la gloria y bienaventuranza que Xesuchristo tiene guardada para los que le sirven, las quales nunca ojo bio ni orexa oyó ni coraçón pudo pensar. Pues luego, hermana mía en Xesucristo, esfforzémonos todos por amor de Xesucristo y no nos dexemos bençer de nuestros henemigos, el mundo y el diablo y la carne. Sobre todo, hermana mía,

 

—Tercera carta a la Duquesa de Sesa.

 

 

 

(English)

Saint John of God mentions to the Duchess of Sesa a special cloth with three letter initials inscribed therein. Here’s what he has to say about it:

There are three letters, because they are the three virtues that guide us to heaven: the first one is Faith, believing in everything that holy Mother church believes and keeping her mandates and putting them in to practice: the second is Charity, having charity on our own souls, cleaning them with confession and with penitence, and then with our neighbours and brothers, wishing for them what we wish for ourselves; the third letter is Hope, solely in Jesus Christ, which, for the toils and illnesses which for his love we shall go through in this miserable life, shall give to us eternal glory by the merits of his sacred passion and by his great mercy.

 

The letters are in gold, because just as gold is such a precious metal to have glisten, and to have the colour that it ought to have to be so precious, it is first removed from the earth and filth in which it is cultivated, and then purged by the flames to be left clean and purified; in the same manner it behoves that the soul, which is such a precious jewel, be removed from the pleasures and carnalities of the earth, and be left alone with Jesus Christ and then purged in the flames of charity with toils, fasting and discipline and harsh penitence, so that it be deemed precious by Jesus Christ and that it shine in the face of divine consciousness.

This cloth has four corners, which are the other four virtues that accompany the three which we mentioned first, and these are: Prudence, Justice, Temperance and Fortitude. Prudence shows us how prudently and wisely we are to behave in all the things that we must do and think, taking the advice of the most elderly and of those who know most. Justice means being fair and giving to each person what corresponds to them; what is of God, may it be given to God, and what is of the world, may it be given to the world. Temperance teaches us that we must eat, drink,  dress, and tend to all of the other things necessary for the maintenance of human bodies in moderation and with measure. Fortitude tells us to be strong and consistent in the service of God, showing a joyful face towards the toils, fatigues and illnesses, as well as toward prosperity and consolation; and for each and every one of these give thanks to Jesus Christ.

This cloth has, on another part of it, a cross in the form of an x; this is the cross that every one of us who wishes for salvation must carry with them, every one of them, like God, is served and gives thanks to it, and although all of them reach the same target, each one of them however, goes on their own path as God guides them: some are friars and others clerics, others hermits and others still married men; so, in any given situation one may achieve salvation, if they so wish. Of all this, fair Duchess, you know much more than myself, so I take joy in speaking with someone who understands me.

We owe three things to God: Love, Service and Reverence. Love, like unto the celestial Father, who we must love above all other things on this earth. Service, so that we may serve, like unto the Lord, not for an interest in the glory that should be bestowed to those who serve him, but rather solely because of his goodness. Reverence, like unto the Creator, not bringing his holy name upon our lips if not to give thanks to him and bless His holy name. On these three things you must spend some time every day, fair Duchess: in prayer, in toil and in sustenance for the body. In prayer, giving thanks to Jesus Christ after you get up in the morning, for all the goods and mercies that he always grants you for having being raised in his image and likeness, and he gave us the grace to become Christians, and to ask Jesus Christ for compassion, that he forgive us, and pray to God for the whole world. In toils, may we work corporally, busying ourselves with some virtuous activity, so that we are deserving of the food we eat, for Jesus Christ toiled until death; for there is nothing that engenders more sin than idleness. We must provide sustenance to our body, for just like a muleteer heals and sustains an animal so it can be of service to him, so too it is befitting that we give our body what it needs, so that with it, we have the strength to serve Jesus Christ.

My most beloved and cherished sister, for the love of Jesus Christ I pray you to keep three things in your memory, which are: the first, the hour of your death, from which no one can escape, the tortures of hell, and the glory and beatitude of paradise. In the first one, to think about how death consumes and does away with everything that our miserable world gives us, and does not allow us to take anything with us but a piece of linen cloth, shoddy and badly stitched. And in the second, think about how, for such brief pleasures and pastimes, which quickly pass us by, we have to then pay for them, if we should die in mortal sin, in the flames of hell which endure forever. The third, to contemplate the glory and beatitude that Jesus Christ has in store for those who serve him, the which, never an eye nor an ear could perceive, nor a heart could imagine. So, my sister in Jesus Christ, let us make strides for the love of Jesus Christ, and let us not be defeated by our enemies, the world, the devil and the flesh. 

 

 

 

Galería:

Saint John of God (1672), by Bartolomé Esteban Murillo. 

 

 

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