Bona dies sodales!
Hoy día
les presento otra entrada acerca de la música, del guitarrista madrileño del
siglo XIX Dionisio Aguado y García, un gran maestro del instrumento y buen
amigo del guitarrista catalán Fernando Sor.
Estos párrafos he sacado de su «Método» del año 1825, que todavía puede
servir a muchos guitarristas curiosos.
Son extensos los párrafos, así que ya les dejo con las citas del texto
original con algunos comentarios y luego una traducción al inglés. Espero que
lo disfruten y no olviden de escuchar a la música de Aguado. Vale.
De cap. VII de su método
Condiciones relativas al tocador y al lugar donde se toca.
31. Sitio conveniente para tocar. Además de una buena guitarra,
es necesario que el sitio donde se toca sea armónico. La longitud de las
cuerdas, su poca tensión y el modo con que se pulsan, hacen este instrumento
delicado, y no se puede perder lo más mínimo de sus voces. Por esta razón creo
que nunca se lucirá en un teatro, por grande que sea la habilidad del
guitarrista[1]. Una sala cuadrilonga, medianamente
grande, no baja ni tampoco demasiado alta de techo, y poco amueblada, puede
convenir mejor. El guitarrista hará bien en colocarse de manera que haya alguna
distancia de él a los primeros oyentes, para tener alrededor suyo una atmósfera
despejada.
32. El guitarrista debe ser dueño de las cuerdas. Después de
tocar en una buena guitarra y en sitio conveniente, el lucimiento del
guitarrista depende de que sea dueño de graduar la aplicación de su
fuerza. Para este caso debe tener escogida una guitarra cuyas cuerdas sean de
un grueso proporcionado entre sí[2], y que esté templada
de manera que la tensión de ellas sea en razón de la fuerza que él puede
emplear a su gusto[3]. Las guitarras templadas al tono
del templador suelen ofrecer buena pulsación. También es necesario que
las cuerdas no estén muy separadas del plano que describe el sobrepunto, en
cuyo caso se dice que la guitarra es dura, porque los dedos de la izquierda
tienen que hacer mucha fuerza para pisarlas. El mérito del fabricante consiste
en hacer que las cuerdas estén tan poco separadas de las primeras divisiones de
los trastes, que parezca que casi tocan a la primera de ellas sin que cerdeen[4];
quiero decir, que el sonido ha de ser claro.
33. Postura de la guitarra cuando se estudia. En este caso es
bueno que el mango de la guitarra esté caído hacia la horizontal tanto como sea
compatible con la posibilidad de ejecutar. Entonces hay precisión de volver la
mano izquierda hacia el cuerpo de la guitarra, sus dedos vienen a colocarse
naturalmente paralelos a las divisiones de los trastes, y se vuelve este brazo
de manera que su codo toque al cuerpo. Es muy útil estudiar de esta manera,
porque la mano izquierda obra después con más facilidad a medida que se va
levantando el mango hasta la inclinación que el tocador observe que le
conviene, que regularmente es de 20 a 25 grados.
34. Conviene tener dos guitarras. Durante la época en que se
estudia conviene ejercitarse en una guitarra cuya pulsación ofrezca más
resistencia a los dedos que aquella en que se ha de tocar para lucirse. En este
caso se ha de tener bien tanteada la pulsación del instrumento que se toca,
para graduar la fuerza conveniente, y también para que las manos tengan bien
conocidas las distancias que han de correr.
35. Pulsación con las yemas y las uñas. La mano derecha puede pulsar
las cuerdas con las yemas de los dedos solamente, o primero con ellas y
después con la parte de uña que sobresale de la superficie de la yema. Estas
dos pulsaciones requieren distintos modos de emplear los dedos de esta mano.
Sin uñas hay que encorvarlos para coger o agarrar las cuerdas: con uñas se
ponen menos encorvados con el objeto de que la cuerda se deslice por la
uña. Yo siempre había usado de ellas en todos los dedos de que me sirvo para
pulsar; pero luego que oí a mi amigo Sor, me decidí a no usarla en el
dedo pulgar, y estoy muy contento de haberlo hecho, porque la pulsación
de la yema de este dedo cuando no pulsa paralelamente a la cuerda (véase
la figura 5 , lámina 2ª ), produce sonidos enérgicos y gratos, que es lo que
conviene a la parte del bajo que regularmente se ejecuta en los bordones,
en los demás dedos las conservo ( i) Aunque no es castellana la palabra
«dedeo», correspondiente a la francesa doigter, me he visto en la
precisión de adoptarla con el fin de evitar un circunloquio para indicar el
juego ordenado en el movimiento de los dedos de ambas manos. Se ejecuta en los
bordones: en los demás dedos las conservo. Como es punto del mayor interés,
espero que a lo menos por mi larga práctica se me permitirá dar mi dictamen con
franqueza.
36. Ventajas de tocar con las yemas y uñas en la mano derecha.
Considero preferible tocar con uñas para sacar de las cuerdas de la
guitarra un sonido que no se asemeje al de ningún otro instrumento. A mi
entender, la guitarra tiene un carácter particular: es dulce, armoniosa,
melancólica: algunas veces llega a ser majestuosa[5], aunque no admite la grandiosidad del
arpa ni del piano; pero en cambio ofrece gracias muy delicadas, y sus sonidos
son susceptibles de tales modificaciones y combinaciones, que la hacen parecer
un instrumento misterioso, prestándose muy bien al canto y a la
expresión.
37. Para producir mejor estos efectos prefiero tocar con uñas porque,
bien usadas, el sonido que resulta es limpio, metálico y dulce;
pero es necesario entender que no con ellas solas se pulsan las cuerdas, porque
no hay duda que entonces el sonido sería poco agradable. Se toca primeramente
la cuerda con la yema por la parte de ella que cae hacia el dedo pulgar,
teniendo el dedo algo tendido (no encorvado como cuando se toca con la yema), y
en seguida se desliza la cuerda por la uña. Estas uñas no deben ser de
calidad muy duras: se han de cortar de manera que formen una figura oval,
y han de sobresalir poco de la superficie de la yema, pues siendo muy largas se
entorpece la agilidad, porque tarda mucho tiempo la cuerda en salir de la uña,
y también hay el inconveniente de ofrecer menos seguridad en la
pulsación. Con ellas se ejecutan las «volatas»[6] muy de
priesa y con mucha claridad. Hay que hacer aquí una excepción importante. Los
que tienen demasiado largos los dedos no deben tocar con uñas, porque con ellas
se alarga la palanca que debe obrar sobre las cuerdas en cada dedo, y por
consiguiente se debilita la fuerza de la potencia.
38. Algunos apoyan el dedo meñique de la mano derecha sobre la tapa con
el fin de dar seguridad a la mano en su pulsación. Este medio ha podido ser
conveniente para ciertas personas, mientras la guitarra no ha estado fija, mas
ahora que lo está en la máquina no considero necesario este apoyo, porque los
dedos de esta mano fían en el que les presta el antebrazo y la muñeca. Así se
evitan además dos inconvenientes, a saber: el peso de la fuerza que hace dicho
dedo sobre la tapa, verdadero impedimento para que ella vibre, y la exposición
de mancharla con el roce de la yema. Otra ventaja tiene esta posición, y es que
la mano está más airosa y dispuesta a todos los movimientos que se quieran
hacer.
39. Preferencia del uso del dedo medio al anular de la mano derecha.
Para sacar de las cuerdas todo el tono que pueden dar, prefiero en general el
uso del dedo medio de la mano derecha al anular, por ser más
fuerte aquel que este. Conviene que los dedos que pulsan sean vigorosos, para
que con la práctica adquieran energía y suavidad al mismo tiempo,
prestándose a todas las modificaciones y graduaciones que convenga hacer del
sonido».
(al inglés)
31. Ideal place in play in. As well
as a good guitar, it’s also necessary that the location be a harmonious one.
The length of the strings, with their slackened tension and the way in which
they are plucked, make this instrument a delicate one, and for it to lose even
the slightest nuance of its voices can't be permitted. For this reason I don't
think that anyone will never shine[7] in a concert hall, however great the
ability of the guitarist may be. A rectangular shaped hall, moderately large,
with a ceiling that is neither too low nor high, and sparsely furnished, may be
most appropriate. The guitarist will do well to ensure that there be a certain
distance from himself and those in the front row, so that there may be a
spacious atmosphere surrounding him.
32. The guitarist should be master of his strings. After playing
on a good guitar and in the appropriate place, the brilliance of the guitarist
depends on him being master of incrementing the application of his
force. To this end he should have selected a guitar whose strings possess a
proportionate thickness to each other, and that it be strung in such a way that
the string’s tension be proportionate to the force that he can comfortably
generate. Guitars tuned using a pitch fork usually offer a good string tension[8]. It is also necessary that the strings not be too far
above the bridge’s saddle, in which case they say that it’s a difficult guitar,
because the fingers of the left hand have to work very hard to fret them. The
luthier’s merit consists of making the strings so finely separated from one
another, that it should seem that they’re almost touching the first few frets
without the string becoming gagged; what I mean is, the sound has to be clear[9].
33. Positioning of the guitar during practice. In this instance
it’s good that the neck of the guitar should be slanting as horizontally as
possible, as long as it doesn’t interfere with the possibility of playing the
instrument. Then there’s an urge to put the left hand towards the body of the
guitar, with one's fingers proceeding to position themselves naturally parallel
to the edges of the frets, and this positions the arm such that one’s elbow be
touching the body. It’s quite useful to practice in this way, because the left
hand works more effectively later on in as much as one elevates the neck to an
angle that the player finds works for him, which is usually between 20 to 25
degrees.
34. It’s worth having two guitars. During one’s study time it’s
worthwhile to practice on a guitar that when plucked, offers more resistance to
the fingers than the guitar that one should play in recitals[10].
In this case one must have well worked out the execution of the instrument in
which one is using, in order to attain the required force, and also that the
hands know the distances in which they are to traverse well.
35. Plucking with flesh and with nails. The right hand may only
pluck the strings with either the fingertips or with the part of the nail that
sticks out over the surface of the fingertips. These two manners of plucking
require different ways of employ the fingers of the right hand. Without nail,
one must curve them in order to dig in to or attack the strings: with nail the
fingers aren’t as curved with the objective that the nail slides
smoothly off through the string. I had always used nails on every finger that I
use for plucking; but later on when I heard my friend [Fernando] Sor, I
decided not to play with nail on my thumb, and I’m happy that I did it, because
the sound from the flesh off this finger when it’s not plucking being parallel
to the string[11], (see fig. 5, 2nd
illustration), creates energetic and agreeable tones, which is what’s more
appropriate for the bass voice which is generally done on the bass strings, and
on the rest of the strings I maintain the nail. Although the Spanish word dedeo
[fingering], corresponds to the French doigter, I have observed the
need of adopting it with the aim of avoiding a circumlocution to indicate the
ordered fingering of the movements of the fingers in both hands. The [thumb]
technique is used on the bass strings, with the other fingers I maintain the
nail. Since it’s a point of central interest, I hope that at least on account
of my many years of practice I’m permitted in expressing my opinion freely.
36. Advantages of playing with fingertips and nails of the right
hand. I consider it preferable playing with nail to get from the
strings of the guitar a sound that makes it like no other instrument. In my
view, the guitar has a particular characteristic: it’s sweet, harmonious,
melancholic: sometimes it even manages to be majestic, although it
doesn’t attain the grandeur of the harp nor the piano; but on the other hand it
possesses very delicate charms, and its sounds are susceptible to such
modifications and combinations, that it makes it appear a mysterious
instrument, lending itself very well to melodic and expressive playing.
37. So as to better produce these effects I prefer to play with nail,
because when well utilized, the resulting sound is clean, metallic and
sweet; but it is necessary to understand that the strings are not plucked
just by the nails themselves, for there is no doubt that in that case the tone
wouldn’t be very good. The string is initially struck with the fingertips
around the area facing the thumb, keeping the finger dangling somewhat (not
curved as when one plays with just the fingertips), and thereafter the nails slips
through the string. The nails shouldn’t be of too hard a nature: they must be
trimmed in such a way that they form an oval shape, and should protrude
a little over the top of the fingertip, since if they’re too long they make
fast playing awkward, because it takes a long time for the nail to pass through
the string, and also there’s the inconvenience of it allowing for less security
when plucking. With them, one can play scale sequences very rapidly and with a
lot of clarity. We must make one important exception here. Those with fingers
that are too long should not play with nail, because the digit that has to work
on the strings in each finger will be overextended, and consequently the force
of its potency is weakened.
38. Some rest the baby finger of their right hand on the body with aim
of giving more security to the hand while playing[12].
This technique has proven to be convenient for some people, when the guitar
wasn’t yet stable, but now that it has a stable construction, I don’t consider
this means of support necessary, for the fingers of this hand depend on
involvement from the forearm and wrist. This way two inconveniences are
avoided, that is: the weight of the force that the said finger applies to the
body, a true impediment for the instrument to resonate, and also exposing with
the rubbing of the flesh. This posture has another advantage, and it’s that the
hand is more free flowing and disposed to all of the movements that it wishes
to make.
39. Preference for the use of the middle finger
over the ring finger on the right hand. In order to get the most
out of the sound that the strings have to offer, I generally prefer the use of
the middle finger of the right hand over that of the ring finger, on account of
the former being stronger than the latter. It is worthwhile that the plucking
fingers be strong, so that with practice they acquire both energy and
softness at the same time, lending themselves to all modifications and incrementations
that one ought to apply to the tone.
[1] Para lucirse es indispensable que se oiga
con claridad basta la más mínima de las delicadezas que se ejecuten.
[2] La experiencia me enseña que el grueso de la
prima debe ser un poco mayor do lo que pudiera creerse. Para que este no
parezca demasiado, la segunda puede ser un poco más delgada de lo que
correspondería.
[3] Por esta razón no se puede dar regla lija
acerca del grueso absoluto que deben tener todas las cuerdas , sino del que
debe haber entre ellas.
[4] cerdear: Definición del DRAE: «Dicho de las
cuerdas de un instrumento: Sonar mal o ásperamente». Es decir, que las cuerdas
no zumben contra los trastes.
[5] 1843: «magestuosa».
[6] volatas»: nescio. Es voz no registrada por
el DRAE, pero se entiende que está haciendo referencia a tocar escalas.
[7] lucirá: i.e., that the
guitarist will not be able to project a convincing sound in a theatre.
[8] (lit. pulsation, i.e.,
that the pitch or tension of the strings is adequately taut when using the
pitch fork).
[9] that is, without any fret
buzz.
[10] i.e., A heavier string
gauge.
[11] That is, approaching the
string from an angle, thereby achieving a more characteristic sound; also known
as «pulgar encorvado», still widely used in flamenco circles, and especially in
Latin America, on the «guitarra criolla».
[12] As was the case for the
baroque guitar, and previously the lute.